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«Todo hecho con esfuerzo y pasión»

Judith Sánchez Raya

Jefe de servicio del Hospital Vall d ‘Hebron.

Fisioterapeuta, Médico rehabilitador, Doctorado Cum Laude, Master en Harvard y madre de 2 hijos.

1) ¿Por qué ha escogido la especialidad de Rehabilitación? 

Primero hice fisioterapia. Mientras trabajaba, me saqué la carrera de medicina, lo hice en 6 años. Cogía mis vacaciones para los exámenes, trabajaba media jornada, comía en las clases de la facultad… y a veces me quedaba dormida en las clases!!!! Como todavía era el plan viejo, podía hacer las combinaciones de hacer las prácticas presenciales. Entre junio y septiembre fui aprobando todo. En primero de carrera solo aprobé una en junio: anatomía.  Luego la cosa fue mejorando. Y cuando acabé quería hacer traumatología. Tras tres años intentando coger plaza de traumatología en Barcelona, me decidí por coger rehabilitación.

Y gracias al destino encontré mi pasión, la rehabilitación (afortunadamente no hice traumatología). Pude hacer la residencia en el Hospital Vall d’Hebron, donde había todas las unidades y me empapé de esta especialidad donde puedo ayudar a todo el mundo a encontrarse un poco mejor.

2) Fisioterapeuta, madre, doctorado cum laude, médico rehabilitador y jefe de servicio ¿Qué dificultades ha encontrado en el camino? ¿Cómo las ha superado? ¿Alguna anécdota positiva/ negativa que pueda contarnos?

Sí, y un Máster de Harvard en Principios en Investigación Básica. No ha sido fácil. Tuve mi primer hijo al final de R3….solo cogí baja maternal los 4 meses justos que tenía de rotación libre, para que no me hicieran luego recuperar…. Fue mi marido el que cogió la reducción de jornada… (en aquel tiempo sólo tenían 3 días de fiestas los padres… era tremendo).

La primera anécdota fue cuando a mi propia jefa le dije que estaba embarazada. Me dijo que “ya no sería la mejor médico del mundo, ni la mejor madre del mundo…” Eso me marcó.

Yo solo quería ser madre, no la mejor del mundo, sino la mejor para mis hijos, y tampoco la mejor médico, solo una buena médico.

Y mi primer día para incorporarme tuve que hacerlo de guardia un 1 de enero, porque nadie me la podía cambiar… en fin.

Luego hice la tesis con mis dos hijos pequeños en casa. He tenido la ayuda de mi marido, que hasta hace poco estaba de reducción. En casa saben que mi profesión es mi pasión y toda mi familia me ha ayudado mucho. He estado en el congreso SERMEF con los niños. Una vez recogí un premio en la GEER con la camisa manchada de los discos de la leche materna, mientras mi bebé me esperaba en el hotel.

En un congreso de la ISPRM me rompí una vértebra y casi me quedo parapléjica tras saltar a una piscina el último día de congreso. Estuve 14 días para poder volver y me pudieron operar en Barcelona. Solo estuve 3 meses de baja. Fue una historia dura para mi familia, y me arrepentí mucho de haberme ido tan lejos.

He hecho todo con esfuerzo y pasión por aprender y ayudar a mis pacientes; intentando dar lo mejor de mi cada minuto a los míos cuando estoy con ellos.

3) ¿Que consejos daría a las mujeres que aspiran a seguir sus pasos, por ejemplo, con el doctorado o jefatura?

Que persigan sus sueños y que escuchen sus inquietudes profesionales y caminen hasta que dejen de serlo y se materialicen. Y que no por ser mujeres o querer ser madres dejen de hacerlo. Hay tiempo y posibilidades de hacerlo todo. Que sean felices con lo que hagan en todo momento.

Cuando le dije a mis compañeros que iba hacer un máster semipresencial en Harvard, me dijeron que estaba loca, que no iba a ser capaz de hacerlo, encima en inglés, con los niños… Eso me motivó aún más para hacerlo, y encima ganar un segundo premio y una publicación en la revista de Harvard.

4) Como jefe de servicio mujer, ¿qué barreras ha tenido que cruzar? ¿Ha sentido el techo de cristal? ¿Ha sentido diferencias con respecto a otros compañeros?

La verdad es que he llegado por casualidades de la vida. He tenido la suerte a mi lado siempre. Cuando acabé la residencia se jubiló un adjunto y me quedé. Cuando se jubiló mi jefa me quedé de coordinadora de la unidad de lesionados medulares. Al año siguiente se jubiló mi siguiente jefe y quiso que me quedara yo. La condición que puse fue que si había alguien del servicio que no quisiera que fuera yo, no lo iba a ser.

Casi todos a mi alrededor siempre han sido mujeres y en el momento de ser jefa, los dos superiores, que eran hombres, me apoyaron. No he sentido todavía machismo a mi alrededor, aunque te das cuenta que en mi hospital la mayoría de jefes de servicio son hombres, más mayores, y que seguro que se ha quedado muchas mujeres en otros servicios en el camino.

5) ¿Cómo vive la maternidad y la compagina con su trayectoria profesional?

Como expliqué anteriormente, lo mejor que me ha pasado en esta vida es ser madre de dos hijos estupendos, de 12 y de 16 años. No me arrepiento de nada, al revés, si no trabajara de médico, quizás hubiera tenido uno más. Lo he compaginado con mi familia y con mi marido sobre todo, mis compañeras que me cambiaron las guardias cuando lo necesitaba y he dado al 100% siempre.

6) Felicitarla por el artículo del New York Times, ¿Cuál es su próxima aspiración profesional?

Gracias. Fue por el trabajo que hemos hecho con el COVID.

Creo que aspiro, o voy a trabajar duro, para convertirme en una buena jefa y que pueda dejar algún legado en mi especialidad.

7)  Alegato final.

No por ser mujeres u hombres, hemos de renunciar a nada de lo que quieres ser o hacer para ser feliz. Sino quieres ser madre, tampoco pasa nada, no eres peor mujer que otras, eres lo que decides ser. Así debería ser. Hemos de tener solidaridad entre nosotras, porque a veces los techos de cristal son otras mujeres o nosotras mismas.

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